martes, 28 de junio de 2016

Ensayo.


Benemérita Universidad Autónoma de Puebla










AMEBIASIS, UN PROBLEMA ACTUAL










Nombre: Fátima Ruisánchez Martínez, Javier Alejandro Arriaga Gómez, Carolina Arisai Lozano Martell, Aranza Judith Sánchez López.
Materia: DHTIC
Docente: Bertha Eloina Castillo González


27 de junio del 2016





 



ÍNDICE














RESUMEN


La amebiasis es una patología causada principalmente por Entamoeba histolytica, se adquiere por malos hábitos, como no lavarse las manos o comer en puestos callejeros. Éste parásito tiene un ciclo biológico, para adquirirlo ingerimos quistes maduros, que pueden sobrevivir en un ambiente adverso por días o semanas, una vez ingeridos, en nuestro cuerpo liberan trofozoitos, éstos se dividen por un tipo de reproducción llamada fisión y se evacúan por medio de las heces ya constituidos como quistes nuevamente.
El presente ensayo tiene como objetivo principal dar a conocer más a fondo sobre estos parásitos, como es la epidemiología en México de E. histolytica, el cuadro clínico que produce en el organismo, entre otras cosas; lo que orientará principalmente a las personas del área de la salud, e identificará la importancia de conocerlo y la prevención de éste. 










INTRODUCCIÓN


La amebiasis, amibiasis o entamoebosis es una enfermedad parasitaria producida por las amebas Entamoeba histolytica, Entamoeba dispar y Entamoeba moshkovskii. La Entamoeba es un parásito que puede vivir en el intestino sin causar daño alguno, pero existen casos en donde ésta ameba invade la pared del intestino, causando colitis, disentería o diarrea. Este parásito se adquiere por vía oral al ingerir los quistes que esta produce, ingiriendo alimentos o bebidas contaminadas.

El presente documento informará acerca de qué es la amebiasis, su principal agente etiológico, así como la forma en que se adquiere, los signos y síntomas que se lleguen a presentar en ésta enfermedad, el diagnóstico oportuno y tratamiento eficaz para reducir la mortalidad. También, las medidas preventivas para que en nuestro país se disminuya el alto índice de morbilidad que afecta principalmente a la población de escasos recursos.








EPIDEMIOLOGÍA


Alrededor de 50 millones de personas en todo el mundo se infectan de amibiasis cada año, siendo una enfermedad cosmopolita, “sin embargo es más frecuente en lugares donde prevalecen malas condiciones higiénicas y hacinamiento, principalmente en países en vías de desarrollo ubicados en los trópicos: México, India, países de Centroamérica y Sudamérica, Asia tropical y África”.
(María Cristina González Vázquez, 2012).
Se dice que en México, la amebiasis se encuentra entre las primeras 20 causas de morbilidad.
La amebiasis tiene mayor prevalencia en estados del Pacífico del país.[1]

AGENTE CAUSAL

A partir de una reunión de expertos en el tema en el año de 1979 favorecida por la OMS y la UNESCO se admite oficialmente que H. histolytica tiene dos especies que son casi iguales morfológicamente, pero genéticamente no, por decirlo de una manera coloquial E. histolityca es “la mala”, es decir, puede llegar a generar una enfermedad invasora potencialmente dañina para el huésped, en tanto que E. dispar no y las infecciones que genera se resuelven de manera espontánea.
(www.milenio.com, 2013).

PATOGENIA

Los trofozoítos que se encuentran en el intestino grueso, pueden seguir varios caminos: 
a) Se quedan en la luz intestinal y allí persisten, reproduciéndose sin ocasionar lesiones a la mucosa intestinal.
b) Factores como la flora bacteriana, la acción de las enzimas proteolíticas y la presencia de receptores, permiten la adherencia del parásito a la mucosa. Un receptor conocido es una lectina, glicoproteína asociada a la membrana, del parásito, respectivamente. Esta lectina media la adherencia a la mucina colónica la cual puede ser importante en la colonización intestinal y en la unión a la célula del hospedero. La adherencia a las células del hospedero es de importancia crítica en la patogénesis de la lesión intestinal y también en el absceso, amebiano, ya que la muerte celular es contacto dependiente y se realiza por la acción citolítica de las enzimas proteolíticas que el parásito posee sobre el epitelio de la mucosa intestinal, cuya extensión y profundidad determinan úlceras de diversos tamaños y algunas tan profundas como para producir perforación de la pared intestinal.
c) Los trofozoítos pueden alcanzar los vasos sanguíneos de la pared intestinal y por vía hematógena llegar a todos los órganos, pudiendo en ellos, o ser destruidos por la inmunidad local, celular, o reproducirse y ocasionar el llamado absceso.
d) La respuesta inflamatoria que suele acompañar la lesión intestinal, puede determinar, en raras ocasiones, la presencia del tejido granulomatoso del tejido intersticial de la pared intestinal dando lugar a una lesión con aspecto tumoral, el ameboma. 
(Náquira, 1997).


CUADRO CLÍNICO   


AMEBIASIS INTESTINAL

Existen zonas endémicas donde la mayoría de la población alberga E. dispar y la infección amebiana cursa con un cuadro asintomático, en cambio  los quistes de E. histolytica son patógenas, produciendo colitis amebiana,  dando sintomatología y desarrollándose de 2-6 semanas después de la ingestión de  éstos, es caracterizada por la aparición gradual de dolor abdominal en la parte baja y diarrea leve, es seguida por malestar general, pérdida de peso y dolor difuso inferior abdominal o de espalda, también los pacientes presentan cuadro disentérico (heces con sangre y moco) evacuando de 10- 12 veces por día.  
La infección intestinal aguda grave, es rara y predomina en niños, presentando dolor abdominal severo, fiebre alta y diarrea profusa. 

AMEBIASIS EXTRAINTESTINAL

La expresión clínica extraintestinal más frecuente es el absceso hepático amebiana (AHA) debido a la diseminación hematógena de las amebas desde el colon al hígado vía la vena porta lo que explica la mayor frecuencia del absceso en el lóbulo derecho del órgano. (Chacín Bonilla, 2013). Los adultos jóvenes son los más afectados y la afección se puede presentar incluso a los meses o años después de la exposición al parásito. El cuadro clínico se caracteriza por fiebre, escalofríos, sudor, dolor abdominal y hepatomegalia sensible a la palpación. Puede haber tos y estertores en la base del pulmón derecho. 
Los hallazgos más comunes de laboratorio son leucocitosis sin eosinofilia, anemia, eritrosedimentación elevada y aumento de la fosfatasa alcalina. 

 

COMPLICACIONES  


Los pacientes pueden desarrollar megacolon tóxico, en la que hay dilatación intestinal grave con aire intramural, pueden presentar amebomas a nivel intestinal que en la mayoría de veces se ubican en el ciego y colon ascendente.[2]
Puede presentarse infección bacteriana, ruptura del absceso hacia la cavidad pleural, pericardial y peritoneal, shock séptico y muerte. Pueden ocurrir, raramente, metástasis amebianas hacia otros órganos. 

DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO


CLÍNICO  

A la exploración física, el paciente va a presentar dolor en la región abdominal o hepatomegalia. 

EPIDEMIOLÓGICO

Paciente que haya viajado a zonas endémicas de E. histolytica. 

LABORATORIO

El examen directo es necesario para la detección de trofozoítos en la fase de diarrea. La inspección debe hacerse de zonas de la muestra con moco y/o sangre. En niños se emplea la cucharilla rectal para obtención de muestras. 
Los exámenes coproparasitoscópicos de concentración, entre ellos el método de Faust, que emplea una solución de sulfato de zinc y tinción con solución de yodo, son útiles para identificar quistes en la materia fecal sólida o pastosa.  
Los frotes teñidos con diferentes técnicas permiten visualizar estructuras internas. 
Las pruebas inmunológicas (ELISA, contrainmunoelectroforesis, inmunofluorescencia indirecta) se emplean en la enfermedad intestinal invasiva y extraintestinal.  La detección de antígeno en materia fecal mediante ELISA. 
Las técnicas imagenológicas (rayos X, ultrasonido, tomografía computarizada, resonancia magnética) permiten evaluar las dimensiones de los abscesos y su evolución, así como en casos en que haya complicaciones pleuropulmonares. 
La rectosigmoidoscopía permite realizar toma de muestras y su análisis microscópico, así como la observación de las lesiones en colon. 
En el caso de un absceso hepático amebiano deben considerarse, en biometría hemática: leucocitosis, neutrofilia y elevación de la sedimentación globular. 
Las pruebas de función hepática pueden encontrarse alteradas, con elevación de fosfatasa alcalina. (Uribarren Berrueta, 2015).

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL 

El diagnóstico diferencial se realiza cuando la enfermedad se cursa con una amebiasis intestinal aguda, éstas son: “infecciones virales, sobre todo en niños (rotavirus, adenovirus), shigelosis, balantidiasis, infecciones por E. coli, tricocefalosis, colitis ulcerativa inespecífica, poliposis, neoplasia in situ, estenosis rectal”. (Uribarren Berrueta, 2015).

TRATAMIENTO

Una vez diagnosticada la amebiasis, debe instituirse un esquema terapéutico, que depende del estado del paciente, el tipo de amebiasis, intestinal o extraintestinal, y la intensidad del padecimiento.
Para la amebiasis intestinal se recomienda el empleo de los siguientes medicamentos: 8-hidroxiquinolinas y diloxanida; dehidroemetina, clorhidrato de emetina y metronidazol en la extraintestinal. Se está́ empleando la nitazoxanida con excelentes resultados en la intestinal, y tal parece que también es eficaz en la extraintestinal en tres tomas, una diaria, con menos efectos colaterales que el metronidazol.
Entre los compuestos de 8-hidroxiquinolinas se encuentran yodoquinol y clioquinol. Para el primero se emplean dosis de 650 mg, tres veces al día durante dos a tres semanas. Algunos recomiendan 20 días. El clioquinol se suministra en dosis de 500 a 750 mg tres veces al día durante 10 días. Estos compuestos actúan como quelantes sobre el hierro e impiden que lo utilice la ameba. No es recomendable en pacientes con intolerancia al yodo o daños hepáticos, así́ como en personas con problemas anorrectales.
La diloxanida se prescribe sólo en portadores de quistes. Se administra en dosis de 500 mg tres veces al día durante 10 días.
La dehidroemetina actúa sobre la síntesis de proteínas de las amebas. Se recomienda como vía de administración la intramuscular profunda, una inyección diaria de 1 mg/kg de peso por 10 días.
El metronidazol actúa sobre los ácidos nucleicos de las amebas y se administra en dosis de 1 g, dos veces al día durante cinco a 10 días (en niños las dosis son de 35 a 50 mg/día en tres dosis durante 10 días). Su resultado se observa desde el tercer día, pero para asegurar el resultado se sugiere un régimen no menor de cinco días. Sólo en casos graves se indica por vía intravenosa. A veces hay alteraciones gastrointestinales y se experimentan reacciones desfavorables al ingerir bebidas alcohólicas. Es carcinógeno en animales de experimentación y no debe suministrarse en pacientes embarazadas, menos aún durante el primer trimestre del embarazo, ni en mujeres lactantes.
¿Qué está indicado en las diferentes afecciones amebianas? Debido a que no hay un medicamento que actúe con total eficacia contra una forma amebiásica, a lo largo del tiempo los médicos han recomendado combinaciones de ellos o bien el empleo de uno en ciertas ocasiones:
1. Para portadores asintomáticos se recomienda como primera elección yodoquinol, y si éste no está́ disponible, diloxanida o nitazoxanida.
2. En casos de colitis amebiana aguda (disentería amebiana) se administra metronidazol además de dehidroemetina; otra alternativa es dehidroemetina junto con yodoquinol y nitazoxanida.
3. Para amebomas se prescribe dehidroemetina y, en su defecto, metronidazol, nitazoxanida o yodoquinol.
4. En abscesos hepáticos puede suministrarse metronidazol para pequeños o únicos. Este fármaco, además de la dehidroemetina, se emplea en abscesos múltiples. En casos graves también está indicado por vía intravenosa.
Se recomienda repetir la observación en heces un mes después. Si el parásito reaparece, entonces se sugiere administrar yodoquinol. En casos de disentería desaparecen las úlceras intestinales.
La intervención quirúrgica se indica si hay complicaciones graves: apendicitis amebiana, amebomas, colitis amebiana fulminante, absceso hepático y complicaciones pleuropulmonares.
(Becerril, 2008).

¿CÓMO PREVENIR LA AMEBIASIS?


Las medidas que actualmente se aplican para el control y prevención de la amebiasis pueden ser agrupadas de la manera siguiente:
1. Prevención de la transmisión fecal-oral: El principal modo de transmisión de la amebiasis es la ingestión de agua o alimentos contaminados con quistes de E. histolytica; por tanto, el primer grupo de medidas para el control de la amebiasis está relacionado con la necesidad de eliminar la transmisión fecal-oral de este parásito.
a) Saneamiento ambiental: Una de las vías más eficaces para prevenir la amebiasis es, en términos teóricos, informar a la población que vive en áreas endémicas de esta parasitosis de mecanismos seguros para la eliminación de sus desechos; de manera particular proveerla de instalaciones sanitarias que impidan la contaminación de aguas y alimentos con quistes de E. histolytica.
b) Fuentes de abasto de agua: De todos los procedimientos empleados para la potabilización del agua, su exposición a temperaturas de ebullición durante al menos 10 min es el que mejor combina seguridad y factibilidad.
Tan importante como la calidad del agua es la cantidad disponible para las muy diversas necesidades humanas. Las infecciones intestinales, en general, y la amebiasis, en particular, se diseminan fácilmente de persona a persona a través de las manos, alimentos, utensilios y otros objetos contaminados. Cuando no se dispone de agua en cantidades suficientes, se hace prácticamente imposible mantener niveles adecuados de higiene personal y de los alimentos.
http://www.queretaro.gob.mx/uploads/NoticiasSESA/1412202901_cartel%20lavado%20de%20manos.jpgc) Higiene personal y de los alimentos: Para la prevención de la amebiasis, y de otras enfermedades de transmisión digestiva, son útiles todas las medidas de higiene personal y de los alimentos, como lavar las frutas y las verduras antes de comer, lavarse las manos antes de comer y cerciorarnos de que la persona que prepara los alimentas tenga una buena higiene personal. Hay que evitar las prácticas sexuales de tipo bucal- anal. La defecación debe realizarse al menos en letrinas
2. Inmunoprofilaxis: como otras enfermedades infecciosas, la amebiasis es más frecuente en los lugares donde las condiciones higiénico-sanitarias son inadecuadas. La vía ideal para su control seria el mejoramiento de dichas condiciones en aquellos lugares. Ello incluiría, desde luego, el desarrollo socioeconómico de las regiones y países donde esta parasitosis es endémica. Esto último, sin embargo, no parece que ocurrirá a corto o mediano plazo. En consecuencia, la inmunoprofilaxis ha devenido una alternativa razonable para el control de esta parasitosis en el futuro inmediato.
(Llop A., 2001).













CONCLUSIÓN


E. histolytica es un parásito cosmopolita, por lo tanto no es raro que sea una de las primeras parasitosis que afectan nuestro país, es característica de regiones de condiciones socioeconómicas bajas. Su cuadro clínico depende del tiempo que se deje progresar a éste o de la inmunidad del sujeto. Su diagnóstico depende de una muestra de materia fecal. El tratamiento varía de acuerdo a la afección que cause en el sujeto.
Éste trabajo es de ayuda para la población en general ya que pueden informarse sobre ésta parasitosis, los hábitos que conllevan a contraerla, así como las medidas preventivas y que aprendan a identificar los síntomas que provoca y acudir con un experto de la salud para comenzar el diagnóstico e iniciar con un tratamiento adecuado.

















BIBLIOGRAFÍA


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Uribarren, T. (2015). Entamoebosis o Amibiasis o Amebiasis. México: UNAM. Recuperado el 21 de Junio del 2016 en http://www.facmed.unam.mx/deptos/microbiologia/parasitologia/amibiasis.html

Gonzáles, M., Carabarin, A., Baylon, L. Y Rosales, J. (2012). De amibas y amebiasis: Entamoeba histolytica. México: IPN. Recuperado el 21 de Junio del 2016 en  http://www.elementos.buap.mx/num87/pdf/13.pdf

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Peralta Pedrero María Luisa. (2010). GPC: Diagnóstico y tratamiento del Absceso Hepático Amebiano no . 15 de junio de 2016, de CENETEC Sitio web: http://www.cenetec.salud.gob.mx/descargas/gpc/CatalogoMaestro/432_GPC__Absceso_hepatico/GER_Absceso_hepxtico_amebiano.pdf

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Chacín-Bonilla, L. (2013). Amebiasis: aspectos clínicos, terapéuticos y de diagnóstico de la infección. Chile: Scielo. Recuperado de: http://goo.gl/9CTpWZ

Ximénez, C., Morán, P., Ramos, F., Ramiro, M. (2013). Amibiasis intestinal, estado actual del conocimiento. México: Artemisa. Recuperado de: http://goo.gl/NvTqcv




[1] Las características de los estados pertenecientes al Pacífico, es que predomina el consumo de mariscos, siendo un factor de riesgo elevado.
[2] Muchas veces los amebomas simulan un carcinoma de colon.

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