
Benemérita
Universidad Autónoma de Puebla
AMEBIASIS, UN PROBLEMA
ACTUAL
Nombre: Fátima Ruisánchez Martínez, Javier Alejandro Arriaga Gómez, Carolina Arisai Lozano Martell, Aranza Judith Sánchez López.
Materia: DHTIC
Docente: Bertha Eloina Castillo González
27 de junio del 2016
ÍNDICE
RESUMEN
La
amebiasis es una patología causada
principalmente por Entamoeba histolytica,
se adquiere por malos hábitos, como no lavarse las manos o comer en puestos
callejeros. Éste parásito tiene un ciclo biológico, para adquirirlo ingerimos
quistes maduros, que pueden sobrevivir en un ambiente adverso por días o
semanas, una vez ingeridos, en nuestro cuerpo liberan trofozoitos, éstos se dividen por un
tipo de reproducción llamada fisión y se evacúan por medio de las heces ya
constituidos como quistes nuevamente.
El
presente ensayo tiene como objetivo principal dar a conocer más a fondo sobre estos
parásitos, como es la epidemiología en México de E. histolytica,
el cuadro clínico que produce en el organismo, entre otras cosas; lo que
orientará principalmente a las personas del área de la salud, e identificará la
importancia de conocerlo y la prevención de éste.
INTRODUCCIÓN
La
amebiasis, amibiasis o entamoebosis es una enfermedad parasitaria producida por
las amebas Entamoeba histolytica, Entamoeba dispar y Entamoeba moshkovskii. La
Entamoeba es un parásito que puede vivir en el intestino sin causar daño
alguno, pero existen casos en donde ésta ameba invade la pared del intestino,
causando colitis, disentería o diarrea. Este parásito se adquiere por vía oral
al ingerir los quistes que esta produce, ingiriendo alimentos o bebidas
contaminadas.
El
presente documento informará acerca de
qué es la amebiasis, su principal agente etiológico, así como la forma en que se
adquiere, los signos y síntomas que se lleguen a presentar en ésta enfermedad,
el diagnóstico oportuno y tratamiento eficaz para reducir la mortalidad. También,
las medidas preventivas para que en nuestro país se disminuya el alto índice de
morbilidad que afecta principalmente a la población de escasos recursos.
EPIDEMIOLOGÍA
Alrededor de 50 millones de
personas en todo el mundo se infectan de amibiasis cada año, siendo una
enfermedad cosmopolita, “sin embargo es más frecuente en lugares donde
prevalecen malas condiciones higiénicas y hacinamiento, principalmente en
países en vías de desarrollo ubicados en los trópicos: México, India, países de
Centroamérica y Sudamérica, Asia tropical y África”.
(María Cristina González Vázquez, 2012).
Se
dice que en México, la amebiasis se encuentra entre las primeras 20 causas de
morbilidad.
AGENTE CAUSAL
A
partir de una reunión de expertos en el tema en el año de 1979 favorecida por
la OMS y la UNESCO se admite oficialmente que H. histolytica tiene dos
especies que son casi iguales morfológicamente, pero genéticamente no, por
decirlo de una manera coloquial
E. histolityca es “la mala”, es decir, puede llegar a generar una
enfermedad invasora potencialmente dañina para el huésped, en tanto que E.
dispar no y las infecciones que genera se resuelven de manera espontánea.
(www.milenio.com,
2013).
PATOGENIA
Los trofozoítos
que se encuentran en el intestino grueso, pueden seguir varios caminos:
a) Se quedan en la luz
intestinal y allí persisten, reproduciéndose sin ocasionar lesiones a la mucosa
intestinal.
b) Factores como la flora
bacteriana, la acción de las enzimas proteolíticas y la presencia de
receptores, permiten la adherencia del parásito a la mucosa. Un receptor
conocido es una lectina, glicoproteína asociada a la membrana, del parásito,
respectivamente. Esta lectina media la adherencia a la mucina colónica la cual
puede ser importante en la colonización intestinal y en la unión a la célula
del hospedero. La adherencia a las células del hospedero es de importancia
crítica en la patogénesis de la lesión intestinal y también en el absceso,
amebiano, ya que la muerte celular es contacto dependiente y se realiza por la
acción citolítica de las enzimas proteolíticas que el parásito posee sobre el
epitelio de la mucosa intestinal, cuya extensión y profundidad determinan
úlceras de diversos tamaños y algunas tan profundas como para producir
perforación de la pared intestinal.
c) Los trofozoítos pueden
alcanzar los vasos sanguíneos de la pared intestinal y por vía hematógena
llegar a todos los órganos, pudiendo en ellos, o ser destruidos por la
inmunidad local, celular, o reproducirse y ocasionar el llamado absceso.
d) La respuesta
inflamatoria que suele acompañar la lesión intestinal, puede determinar, en
raras ocasiones, la presencia del tejido granulomatoso del tejido intersticial
de la pared intestinal dando lugar a una lesión con aspecto tumoral, el
ameboma.
(Náquira,
1997).
CUADRO CLÍNICO
AMEBIASIS INTESTINAL
Existen zonas endémicas donde
la mayoría de la población alberga E. dispar y la infección
amebiana cursa con un cuadro asintomático, en
cambio los quistes de E. histolytica son
patógenas, produciendo colitis amebiana,
dando sintomatología y desarrollándose de 2-6
semanas después de la ingestión de éstos, es caracterizada
por la aparición gradual de dolor abdominal en la parte baja y diarrea
leve, es seguida por malestar general, pérdida de peso y dolor difuso inferior abdominal
o de espalda, también los pacientes presentan cuadro disentérico
(heces con sangre y moco) evacuando de 10- 12 veces por
día.
La infección intestinal aguda
grave, es rara y predomina en niños, presentando dolor abdominal
severo, fiebre alta y diarrea profusa.
AMEBIASIS EXTRAINTESTINAL
La expresión
clínica extraintestinal más frecuente es el absceso hepático
amebiana (AHA) debido a la diseminación hematógena de las amebas
desde el colon al hígado vía la vena porta lo que explica la mayor frecuencia
del absceso en el lóbulo derecho del órgano. (Chacín
Bonilla, 2013).
Los adultos jóvenes son los más afectados y la afección se puede presentar
incluso a los meses o años después de la exposición al parásito. El cuadro
clínico se caracteriza por fiebre, escalofríos, sudor, dolor abdominal y
hepatomegalia sensible a la palpación. Puede haber tos y estertores en la base
del pulmón derecho.
Los hallazgos más comunes de laboratorio
son leucocitosis sin eosinofilia, anemia, eritrosedimentación elevada
y aumento de la fosfatasa alcalina.
COMPLICACIONES
Los pacientes pueden desarrollar
megacolon tóxico, en la que hay dilatación intestinal grave con
aire intramural, pueden presentar amebomas a nivel intestinal que en la
mayoría de veces se ubican en el ciego y colon ascendente.[2]
Puede presentarse infección bacteriana,
ruptura del absceso hacia la cavidad pleural, pericardial y
peritoneal, shock séptico y muerte. Pueden ocurrir, raramente, metástasis
amebianas hacia otros órganos.
DIAGNÓSTICO
Y TRATAMIENTO
CLÍNICO
A la exploración física, el
paciente va a presentar dolor en la región abdominal o
hepatomegalia.
EPIDEMIOLÓGICO
Paciente que haya viajado a
zonas endémicas de E. histolytica.
LABORATORIO
El examen directo es necesario
para la detección de trofozoítos en la fase de diarrea. La inspección
debe hacerse de zonas de la muestra con moco y/o sangre. En niños se emplea la
cucharilla rectal para obtención de muestras.
Los exámenes coproparasitoscópicos de
concentración, entre ellos el método de Faust, que emplea una solución de
sulfato de zinc y tinción con solución de yodo, son útiles para
identificar quistes en la materia fecal sólida o pastosa.
Los frotes teñidos con diferentes técnicas
permiten visualizar estructuras internas.
Las
pruebas inmunológicas (ELISA, contrainmunoelectroforesis, inmunofluorescencia
indirecta) se emplean en la enfermedad intestinal invasiva y extraintestinal. La detección de antígeno en materia fecal mediante
ELISA.
Las
técnicas imagenológicas (rayos X,
ultrasonido, tomografía computarizada,
resonancia magnética) permiten evaluar las dimensiones
de los abscesos y su evolución, así como en casos en que haya complicaciones
pleuropulmonares.
La rectosigmoidoscopía permite
realizar toma de muestras y su análisis
microscópico, así como la observación de
las lesiones en colon.
En
el caso de un absceso hepático amebiano deben considerarse,
en biometría hemática: leucocitosis, neutrofilia y elevación de la
sedimentación globular.
Las
pruebas de función hepática pueden encontrarse alteradas, con elevación de
fosfatasa alcalina. (Uribarren Berrueta, 2015).
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
El diagnóstico diferencial se realiza
cuando la enfermedad se cursa con una amebiasis intestinal aguda, éstas
son: “infecciones virales, sobre todo en niños (rotavirus,
adenovirus), shigelosis, balantidiasis, infecciones por E. coli, tricocefalosis,
colitis ulcerativa inespecífica, poliposis, neoplasia in situ,
estenosis rectal”. (Uribarren
Berrueta, 2015).
TRATAMIENTO
Una
vez diagnosticada la amebiasis, debe instituirse un esquema terapéutico, que
depende del estado del paciente, el tipo de amebiasis, intestinal o
extraintestinal, y la intensidad del padecimiento.
Para
la amebiasis intestinal se recomienda el empleo de los siguientes medicamentos:
8-hidroxiquinolinas y diloxanida; dehidroemetina, clorhidrato de emetina y
metronidazol en la extraintestinal. Se está́ empleando la nitazoxanida con
excelentes resultados en la intestinal, y tal parece que también es eficaz en
la extraintestinal en tres tomas, una diaria, con menos efectos colaterales que
el metronidazol.
Entre
los compuestos de 8-hidroxiquinolinas se encuentran yodoquinol y clioquinol.
Para el primero se emplean dosis de 650 mg, tres veces al día durante dos a
tres semanas. Algunos recomiendan 20 días. El clioquinol se suministra en dosis
de 500 a 750 mg tres veces al día durante
10 días. Estos compuestos actúan como
quelantes sobre el hierro e impiden que lo utilice la ameba. No es recomendable
en pacientes con intolerancia al yodo o daños hepáticos, así́ como en personas con problemas
anorrectales.
La
diloxanida se prescribe sólo en portadores de quistes. Se administra en dosis
de 500 mg tres veces al día durante
10 días.
La dehidroemetina actúa
sobre la síntesis de proteínas de las amebas. Se recomienda como vía de
administración la intramuscular profunda, una inyección diaria de 1 mg/kg de
peso por 10 días.
El
metronidazol actúa sobre los ácidos nucleicos de las amebas y se administra en
dosis de 1 g, dos veces al día durante
cinco a 10 días (en niños las dosis son de 35 a
50 mg/día en tres dosis durante 10 días). Su resultado se observa desde el
tercer día, pero para asegurar el resultado se sugiere un régimen no menor de cinco días. Sólo en casos graves se
indica por vía intravenosa. A veces hay alteraciones gastrointestinales y se
experimentan reacciones desfavorables al ingerir bebidas alcohólicas. Es
carcinógeno en animales de experimentación y no debe suministrarse en pacientes
embarazadas, menos aún durante el primer trimestre del embarazo, ni en mujeres
lactantes.
¿Qué
está indicado en las diferentes afecciones amebianas? Debido a que no hay un
medicamento que actúe con total eficacia contra una forma amebiásica, a lo
largo del tiempo los médicos han recomendado combinaciones de ellos o bien el
empleo de uno en ciertas ocasiones:
1. Para portadores asintomáticos
se recomienda como primera elección yodoquinol, y si éste no está́ disponible, diloxanida o nitazoxanida.
2.
En casos de colitis amebiana aguda (disentería amebiana) se administra
metronidazol además de dehidroemetina; otra alternativa es dehidroemetina junto
con yodoquinol y nitazoxanida.
3.
Para amebomas se prescribe dehidroemetina y, en su defecto, metronidazol,
nitazoxanida o yodoquinol.
4.
En abscesos hepáticos puede suministrarse metronidazol para pequeños o únicos. Este fármaco, además de la
dehidroemetina, se emplea en abscesos múltiples. En casos graves también está indicado por vía intravenosa.
Se
recomienda repetir la observación en heces un mes después. Si el parásito
reaparece, entonces se sugiere administrar yodoquinol. En casos de disentería
desaparecen las úlceras
intestinales.
La
intervención quirúrgica se indica si hay complicaciones graves: apendicitis
amebiana, amebomas, colitis amebiana fulminante, absceso hepático y
complicaciones pleuropulmonares.
(Becerril,
2008).
¿CÓMO
PREVENIR LA AMEBIASIS?
Las
medidas que actualmente se aplican para el control y prevención de la amebiasis
pueden ser agrupadas de la manera siguiente:
1.
Prevención de la transmisión
fecal-oral: El principal modo de transmisión de la amebiasis es la ingestión de
agua o alimentos contaminados con quistes de E. histolytica; por tanto,
el primer grupo de medidas para el control de la amebiasis está relacionado
con la necesidad de eliminar la transmisión fecal-oral de este parásito.
a)
Saneamiento ambiental: Una de las vías más eficaces para prevenir la amebiasis es,
en términos teóricos,
informar a la población que vive en áreas endémicas de esta parasitosis de
mecanismos seguros para la eliminación de sus desechos; de manera particular
proveerla de instalaciones sanitarias que impidan la contaminación de aguas y alimentos
con quistes de E. histolytica.
b)
Fuentes de abasto de agua: De todos los procedimientos empleados para la
potabilización del agua, su exposición a
temperaturas de ebullición durante al menos 10 min
es el que mejor combina seguridad y factibilidad.
Tan
importante como la calidad del agua es la cantidad disponible para las muy
diversas necesidades humanas. Las infecciones intestinales, en general, y la
amebiasis, en particular, se diseminan fácilmente de persona a persona a través
de las manos, alimentos, utensilios y otros objetos contaminados. Cuando no se
dispone de agua en cantidades suficientes, se hace prácticamente imposible
mantener niveles adecuados de higiene personal y de los alimentos.

2.
Inmunoprofilaxis: como otras enfermedades infecciosas, la amebiasis es más
frecuente en los lugares donde las condiciones higiénico-sanitarias son
inadecuadas. La vía ideal para su control seria el mejoramiento de dichas
condiciones en aquellos lugares. Ello incluiría, desde luego, el desarrollo
socioeconómico de las regiones y países donde esta parasitosis es endémica. Esto último, sin embargo, no
parece que ocurrirá a corto o mediano
plazo. En consecuencia, la inmunoprofilaxis ha devenido una alternativa
razonable para el control de esta parasitosis en el futuro inmediato.
(Llop
A., 2001).
CONCLUSIÓN
E. histolytica
es un parásito cosmopolita, por lo tanto no es raro que sea una de las primeras
parasitosis que afectan nuestro país, es característica de regiones de
condiciones socioeconómicas bajas. Su cuadro clínico depende del tiempo que se
deje progresar a éste o de la inmunidad del sujeto. Su diagnóstico depende de
una muestra de materia fecal. El tratamiento varía de acuerdo a la afección que
cause en el sujeto.
Éste trabajo es de ayuda para la
población en general ya que pueden informarse sobre ésta parasitosis, los
hábitos que conllevan a contraerla, así como las medidas preventivas y que
aprendan a identificar los síntomas que provoca y acudir con un experto de la
salud para comenzar el diagnóstico e iniciar con un tratamiento adecuado.
BIBLIOGRAFÍA
Ximénez, C. (2013). México, País
endémico de Amibiasis.
México: UNAM DGCS. Recuperado el 21 de Junio del 2016 en http://www.dgcs.unam.mx/boletin/bdboletin/2013_436.html
Uribarren,
T. (2015). Entamoebosis o Amibiasis o
Amebiasis. México: UNAM. Recuperado el 21 de Junio del 2016 en http://www.facmed.unam.mx/deptos/microbiologia/parasitologia/amibiasis.html
Gonzáles, M., Carabarin, A., Baylon, L. Y Rosales, J.
(2012). De amibas y amebiasis: Entamoeba
histolytica. México:
IPN. Recuperado el 21 de Junio del
2016 en http://www.elementos.buap.mx/num87/pdf/13.pdf
Araujo, José, García, María
Eugenia, Díaz-Suárez, Odelis, & Urdaneta, Haidee. (2008). Amibiasis: Importancia de su diagnóstico y
tratamiento. 49(2), 265-271. Recuperado en 16 de junio de 2016, de http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0535-51332008000200013&lng=es&tlng=es.
Peralta Pedrero María Luisa. (2010). GPC: Diagnóstico y tratamiento del Absceso Hepático Amebiano no .
15 de junio de 2016, de CENETEC Sitio web: http://www.cenetec.salud.gob.mx/descargas/gpc/CatalogoMaestro/432_GPC__Absceso_hepatico/GER_Absceso_hepxtico_amebiano.pdf
Department
of Parasitology, National Institute of Infectious Diseases, Tokyo, Japan.
Graduate School of Life and Environmental Sciences, University of Tsukuba,
Tsukuba, Japan. (2016). Immune Response
of Amebiasis and Immune Evasion by Entamoeba histolytica. Recuperado el
día 15 de junio del 2016 de: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/27242782
Qinghai Academy of Animal Science and Veterinary
Medicine, Qinghai University, Xining, China. National Public Health Center,
National Directorate of Environmental Health, Environmental Health Testing
Laboratory, Budapest, Hungary. (2016). Neglected
waterborne parasitic protozoa and their detection in water. Recuperado el
día 16 de junio del 2016 de: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/27281375
Chacín-Bonilla, L.
(2013). Amebiasis: aspectos clínicos,
terapéuticos y de diagnóstico de la infección. Chile: Scielo. Recuperado
de: http://goo.gl/9CTpWZ
Ximénez, C., Morán,
P., Ramos, F., Ramiro, M. (2013). Amibiasis
intestinal, estado actual del conocimiento. México: Artemisa. Recuperado
de: http://goo.gl/NvTqcv